"Creer en un Dios significa comprender
que la vida tiene un sentido".
Ludwig Wittgenstein
Si tuviera que elegir definir a Dios o si creo en él, sería
también de la misma forma que lo hizo Baruch Spinoza. Cuando le preguntaban al
mismísimo Albert Einstein después de cada conferencia que daba sobre “¿Usted cree en Dios?” Y él respondía “Creo en el Dios de Spinoza”. coincido con él ¿Pero cuál
es este Dios?
Para empezar Baruch de Spinoza fue un filósofo holandés
considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo
XVII, junto con el francés Descartes y Leibniz.
Imagina que
el Dios de Spinoza te habla, lo que te diría sería lo siguiente:
“Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero
que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.
Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo
lo que he hecho para ti.
¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo
construiste y que dices que son mi casa! Mi casa está en las montañas, en los
bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi
amor por ti.
Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había
nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo.
El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu
amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han
hecho creer.
Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen
que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la
mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito…
¡No me encontrarás en ningún libro!
Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi
trabajo?
Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te crítico, ni me
enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.
Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice… yo te
llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de
necesidades, de incoherencias… de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si
respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres,
si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a
todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de
dios puede hacer eso?
Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes;
esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en
ti.
Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti. Lo único
que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu
guía.
Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el
camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único
que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.
Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay
pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro.
Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.
No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar
un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad
de disfrutar, de amar, de existir.
Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te
di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o
mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?… ¿Te divertiste? ¿Qué fue lo que más
disfrutaste? ¿Qué aprendiste?…
Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero
que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti
cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro,
cuando te bañas en el mar.
Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy?
Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes
agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del
mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?… ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma
de alabarme.
Deja de complicarte las cosas y de repetir como un loro lo que te han
enseñado acerca de mí.
Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está
lleno de maravillas. ¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas
explicaciones?
No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro… ahí estoy,
latiendo en ti”.
Anand Dilvar.
No seas un fanático religioso, si
crees en un Dios, sea el que sea, hónralo obrando bien y no haciendo a otros lo
que no quieres que hagan contigo. Les ha hablado el Colmillo deseándoles un
buen inicio de semana.
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